VENTAJA COMPETITIVA
A este sitio afán de muchos, era común la llegada de entusiastas con anhelo de construir y construirse para ser alguien. Las transformaciones eran extraordinarias, algunos se sublimaban de tal modo que terminaban siendo liderazgos de pensamiento y acción casi insustituibles; en cambio otros también cambiaban, deformándose hasta adquirir rasgos grotescos de personalidad. Lo de siempre, si quieres conocer a alguien, dale prerrogativa. Sin embargo casi todos se equivocaban, pues si bien era cierto los recién desempaquetados eran obligados al aprendizaje apresurado y forzado, no dejaba de ser cierto eso de contratar una ardilla para trepar un árbol, en lugar de capacitar a un pavo para hacer lo mismo. Ese era por completo su caso, había arribado con un peso específico, acciones, decisiones concretas e incluso costos de vida ya pagados…, que facilitaban no sólo su tránsito sino consolidación durante la coyuntura en que se enmarcaba su actuar…, ya bastante formado el muchachito. Academia correcta, alguito de mundo, libros bajo el brazo, ideas en la cabeza, convicciones muy claras de inclusión democrática y participación activa. Estrategia de comunicación definida, bagaje, voluntad y libertad de acción, más una característica que le despuntaba de su competencia, ser responsable sólo de sí y nada más. Otros se debatían entre el mundo de casa, profesión, gestión, compromisos previos y cuanto se acumulara, mientras él estaba al cien en esto. Al principio poco se notaba, pero ya casi llegando el tiempo de bajar la cortina, esa distancia con el resto resultaba evidente, pues los más empeñados en la carrera dejaban todo de lado, sacrificando y sacrificándose en aras de un objetivo elusivo. No él, estaba tan listo y fresco como siempre para trabajo, y dispuesto a seguir el mismo ritmo o incluso subirle dos rayitas…, pues el plan nunca había sido cortoplacista, lograr y sentarse a descansar; apenas estaba iniciando la primera fase de su segunda etapa de vida: expansión. Que empezaría pronto y duraría veinte años.
Todo estaba medido.
Shayd Santillán.