DETIENEN EN TOLUCA A SIETE PERSONAS POSIBLES INTEGRANTES DE UNA CÉLULA DELICTIVA
UNIDAD EN LA DIVERSIDAD

Autonomía, libre determinación, independencia en no pocas ocasiones, sobre todo para los obtusos representa rebeldía en incluso subversión. Es comprensible porque para un martillo el mundo entero está compuesto por clavos. También se encuentran los clavos, que viven con la filosofía de nunca asomar la cabeza para evitar los golpes. Hace algunos años Ruth me contaba una historia que tiene lugar frente a una tina llena de vidrios rotos, un masoquista lloraba frente a un sádico, rogándole entre sollozos lo arrojara al contenedor, “por favor, te suplico me lances”. El cruel observador lo contemplaba con malicia, sonriendo al tiempo que negaba con índice y cabeza. Estas simbiosis tan perfectas ocurren cuando el mundo ha sido explicado, las reglas establecidas y códigos aceptados de tal modo que todos aceptan su prediseñado rol. El problema sucede cuando nos damos cuenta que el mundo no puede ser reflexionado con reduccionismos, ni las leyes son grabadas en piedra. En términos de todo, trabajo, personalidad, amor, desamor, liderazgo, intención, política, motivación, perspectiva sindical, el cambio es la norma. No quiere decir que no se persiga una meta en común, en el caso gremial la mejora en calidad de vida de nuestras hermanas y hermanos de clase y vocación, el desarrollo de nuestro potencial infinito en tanto individuos y colectivo en privilegio de la dignidad humana, inclusión, democracia, diversa y plural concepción del mundo. Si duda vamos al mismo lugar, e incluso un sendero compartido. Pero siempre con un estilo personal, íntimo, propio, de acuerdo con los términos y condiciones establecidos en el fuero interno, de acuerdo con prioridades y contextos individuales.
Pero sobre todo sin someternos o plegarnos a voluntades y agendas externas.
Shayd Santillán.