PRACTICIDAD GNÓSTICA, ECONOMÍA ESTOICA PARA EL TRATO CON NECIOS

 PRACTICIDAD GNÓSTICA, ECONOMÍA ESTOICA PARA EL TRATO CON NECIOS

¡Silencio! Guarda tu lengua bífida detrás de tus dientes, no he pasado por el fuego y la muerte para discutir palabras torcidas con un gusano”.

Gandalf.

Pretendiendo desde el más absoluto simplismo para ahorrar tiempo, argumentos y de paso defender su causa, exponiéndose ante doctores en teología, axiología, epistemología, metafísica o filosofía detrás de cualquier escritorio, con deseo de entablar pseudo duelos, pero sin haber escrito ni siquiera una crítica de cine en alguna revista de media tabla, y además presa de muchas ganas de molestar justo a ese target de intelectuales de cafetera, afirmaba con honestidad ser fan indiscutible de los estoicos, porque no andan echando culpas a otros y se dedican a hacer lo que les toca. También de los gnósticos, que no se meten en problemas ni discusiones estériles, pero además tienen un punto…

Algo así como, Dios es eterno, ¿cómo podríamos nosotros entender o siquiera aspirar comprender la eternidad desde nuestra realidad breve y mortal? Entonces su postura es, “no sé, ni me importa”. Estos devotos no se complican la existencia, tienen fe y ya, eso es lo que le gustaba tanto de ellos; aunque por supuesto no dejaba de ver la forma en que esa postura molestaba a quienes sí se pensaban con la potestad de estudiar lo divino, escribiendo libritos o librotes en lenguaje críptico para ser discutidos en cafeterías de París, siendo citados por individuos con ansia por mostrar lo mucho que han leído, en charlas bizantinas de cafecito barato de cafetera.

Desde hacía algunos meses tenía cerca a quién por estilo de trabajo, conducta, vida y convivencia ejercía la dinámica chusca de encontrar el punto débil en cada cosa. Pero en lugar de corregirlo, resolver y seguir de frente, lo apuntaba, juzgaba, catalogaba, describía y en este persistía hasta convertir todo en una cantilena sosa y desgastante para quienes tuvieran la mala fortuna de su presencia. Procuraba asegurarse de mostrar su bagaje académico, sin duda suficiente para espantar oficinistas, pero bastante cortito para contendientes de a de verás. Pasmoso observar la repentina metamorfosis de docente sin experiencia en grupo, a especialista ex cátedra en pedagogía, psicología, derecho, física nuclear, e historia breve del universo, más toma de postura ontológica que siempre se esforzaba en dejar clara. Muy en especial cuando nadie se lo requería, o necesario fuera.

Igual lo hacía, cosa que resultaba hilarante…, verle batirse en duelos donde era rival uno, rival dos, moderador, guionista y público, no podía ser más divertido para este gnóstico-estoico, cuyas mañanas de trabajo se volvían estudio de caso al atestiguar la forma en que este ejemplar creía toda conversación le tenía por objeto, o verle envolverse en la bandera de cada causa justa, vaya…, ponerse todos los sacos. Ello le volvía fuente inacabable de diversión cómico-mágico-musical, sin dejar de reconocer un poquito de pena ajena y buena dosis de lástima ante tanta carencia personal.

Se decía que su historia de vida había sido difícil, ¡y se le notaba!

Sin embargo, este aficionado a las respuestas simples, en el pasado se había encontrado con aquella subespecie en distintos foros, aunque nunca se consideran una categoría, sino únicos e irrepetibles, en búsqueda constante de quién se enganche a su predictible estilo de lío y forma de ser suspicaz; bastándole tres segundos para detectar puntos, comas y paréntesis, tomando al instante contramedidas efectivas consistentes en solo ignorarle de manera total, incluyendo el mínimo contacto visual. Su reconocimiento sencillo era tener, igual que todos, poco tiempo de vida y mucho por hacer, como para permitirse el lujo de desperdiciarlo en alguien que se cuece a fuego lento entre resentimiento y necesidad de auto afirmación pueril, a través de una falsa dialéctica que daba pereza.

Aquella respuesta franca, por supuesto no carecía de una buena dosis de vanidad, sin embargo, sano resultaba en semejante asunto, reconocer la existencia de una ilusión perjudicial, usada por este segmento de individuos con elevado concepto de sí, pero sin las credenciales necesarias para que se note: Piensan qué por estar ahí, compartiendo espacio, hay equidistancia.

Y no.

No la había.

Punto.

Decidiría dedicarse a lo suyo, sin dejar de disfrutar el recurrente espectáculo de bajeza personal y pobreza conceptual, porque comprendía una verdad sin excepciones, mejor que existan estos combatientes de todo y nada, que desperdician su tiempo vital en debates ratoneros, porque se quitan solitos del camino, dejando la pista libre a quienes hacen lo que deben, trabajar, alcanzar, vencer, prevalecer, conquistar.

Redituándoles donde debe.

Shayd Santillán.

 

Comentarios
Contenido Relacionado
SOLA

Se miraba y sentía, bajo el peso de una maternidad sin apoyo, auxilio, solidaridad o siquiera compañía testimonial; más bien Leer más...

CORTE DE CAJA

Le conocí hace cosa de veinte años, debo admitir, conforme se van cumpliendo los plazos encuentro cada vez más molesta Leer más...

MISMOS PERFILES, DISTINTAS PERSONAS

En todas partes igual, aunque de acuerdo con la habitual predisposición de considerarnos centro del universo y medida de todas Leer más...

Redacción