LOS DÍAS DE PANDEMIA EN EL HOME OFFICE

Por: IVÁN HERNÁNDEZ SÁNCHEZ

Estamos a punto de cumplir un año con una nueva forma de trabajo, la de casa. Esta nueva modalidad nos ha hecho entender lo valioso que es tener un trabajo ante las circunstancias que vive el mundo entero, hemos tenido que adaptar un espacio especial para instalar nuestra computadora, aumentar el número de megas para que nuestro trabajo no sea tan lento, decirle a los niños que no griten tanto pero también comprender que el trabajo se metió a su casa y es su espacio. Trabajar con el ruido de la calle: Los ladridos de perro, los vendedores, etc.

Hemos tenido que sufrir o estresarnos cuando la luz se va, cuando el internet no responde, cuando las llamadas de zoom se cortan por la mala señal. Pero aquí seguimos sentados frente a nuestra computadora con todo un mundo detrás de nosotros viviendo las rutinas de todos los días.

Hemos tenido que tolerar los ruidos que se escuchan del otro lado del teléfono y adaptar nuestros oídos para estar seguros de lo que estamos escuchando.

Si antes el teléfono era una extensión de nuestro cuerpo, ahora ya es parte de nosotros, antes teníamos prohibido usarlo en la oficina, ahora ya es obligatorio.

Ahora ves a tus amigos solamente en su avatar, los saludas con un sticker, les contestas con otro. La cara de mi mejor amigo no la recuerdo tanto, cuando pienso en él veo en mi mente la máscara de Huracán Ramírez.

Pero aquí seguimos, tratando de mantener el barco a flote, tratando de cumplir con todas nuestras obligaciones laborales. Cuidándonos para que en un futuro cercano o lejano, podamos volver a escuchar el sonido de nuestra tarjeta checando la hora de llegada a la oficina.

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