LO MEJOR QUE PUDO PASARLE

 LO MEJOR QUE PUDO PASARLE

Toda su vida giraba en torno a la que entonces era considerada una adicción, la pulcata estaba al ladito del taller mecánico, y este jovenazo aprovechaba cada rato libre para ir a echar trago, pero no fallaba con la chamba, que para fines prácticos era lo que contaba. A veces acudía la mujer con todo e hijas, acompañadas por algún familiar, lo trepaban a donde fuera y ya se sabía lo anexarían un rato, cuando eso de jurar dejó de surtir efecto. Salía, andaba derechito un rato y luego otra vez al agua, en un ciclo de decadencia física, económica, mental de dignidad que duró años. Le dieron las gracias en el taller, la esposa lo dejó, y fue visto poco después en las calles consiguiendo lo que fuera para beber cuanto pudiese, hasta amanecer un día tendido y frío en la banqueta de la calle de Fulton.

En el inter, sin embargo, pasó lo que todavía hoy pienso es una muletilla de vida para los endebles, andaba abstemio y orgulloso decía ya llevar dos semanas, “voy a ganarle al chupe”. Luego reincidía, drama familiar y a guardarlo otra vez. Duró tanto en ese ir y venir, que luchar para luego recaer se convirtió en toda su vida; antes de abandonarse por completo, recuerdo uno de los pretextos favoritos, que además aplica para todo: “soy borracho, pero cumplo en casa”, y razón que tenía, buen mecánico que era, durante un buen rato no faltó la chuleta para su familia. Pero lo anterior puede cambiarse por lo que se guste: “me gradué de abogado a pesar de haber perdido la pierna en aquel accidente”, aunque no posible encontrar el nexo lógico entre una cosa y otra.

A veces, ciertas circunstancias de vida sirven a la manera de anclajes que justifican ante personalidades quebradizas, una especie de perpetua y artificial lucha de vida, cuando la realidad es que construir nuestra existencia, carácter, personalidad y trascendencia, es la sucesión progresiva e indetenible de acontecimientos presentándose con tal velocidad, que no terminan de superarse cuando ya tenemos otros enfrente. Tragedias, triunfos, hechos cotidianos pasan de largo y si dedicamos tiempo de más a uno sólo, el resto nos rebasan por la derecha. De cierta forma he creído, estos individuos monotemáticos, incluso corren con la suerte de su propia carencia para justificar y justificarse ante la falta de acción integral: “no soy guapo, pero sí trabajador”, “no hablo bonito, pero actúo”, “soy pobre, pero honesto”, “los/nos saqué/ sacó adelante sola/solo”.

Y así no se puede.

Algún día llegaré al final, no me preocupa mucho llegar íntegro, sino más bien bastante maltrecho, luego de caminar todos los senderos a mi gusto. Pero una de mis congruencias personales justo es la de nunca decir: “miren, terminé la maestría, y eso que tengo mucho trabajo, difícil…, pero se pudo”. Es de tan mal gusto, porque en todo caso al mundo le tiene sin cuidado, la máxima es muy básica, entregar el producto, superar las expectativas y guardarse el esfuerzo para nuestro fuero interno.

Andar exhibiendo cuánto nos costó, es para bajunos.

Shayd Santillán.

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