EL CAMINO DE SIEMPRE O EL SENDERO PERSONAL

La siguiente vivencia me sirvió mucho para reforzar la convicción de una ruta elegida hace ya muchos años para liderar. Dentro del equipo siempre se asumió más que diferente, diferenciade; en eventos internos exigía su nombre fuera mencionado antes que los demás, argumentando su posición era mayor, más alta y de importancia superior. De acuerdo con ese modelito caduco de símbolos, simbolismos e interpretaciones de la hoy extinta aristocracia mexiquense, ponía enormes empeños en aparecer al ladito siempre del centro de la mesa. En los compromisos externos llegaba tempranito, localizaba al alimentador del programa y maestro de ceremonias, se apersonaba como representante personal de Dios Todopoderoso, ángeles y arcángeles, para conseguir su nombre y cargo fueran mencionados y aplaudidos.
Vaya, llegó a tal punto su necesidad de vitrina, que hasta en festivales escolares de sus retoños, a donde se supone se va de civil, demandaba ser incluide en el presidium. Durante la convivencia cotidiana daba lecciones de protocolo, cosa que en realidad era hilarante; devenía historiadore, estratege, operadore y erudite de todos los temas, asuntos y leyes en este mundo y universos varios. No perdía oportunidad de dar consejo y asesoría, en especial cuando no le eran requeridos. Además afirmaba recio y quedito, en público y privado ser de todas las confianzas de quien debía. Incapaz de contenerse comentaba siempre ser cercane de… y ni siquiera necesitar tocar a la puerta.
Poseía sin duda un talento depurado para venderse como incapaz de cometer error alguno, si tocaba acomodar sillas su reporte sería así: “Yo, diseñé las sillas, las fabriqué, doné porque la generosidad es lo mío. Apilé, organicé, limpié, elaboré los planos de la plaza donde se colocarían, porque además de abogade y docente, soy ingeniere civil. La construí con mis propias manos, coloqué silla por silla de manera individual y le enseñé a mi equipo a colocarlas. La única silla que estaba fuera de lugar fue movida por ya saben quién”.
Es neta.
Viendo lo anterior no pude sino persistir en una estrategia ya elegida media vida atrás y por completo opuesta a la anterior…, ya se sabe, liderar por contraste. No decir, hacer. No alardear, cumplir con o sin reconocimiento. Nunca presumir cercanía, en lugar de eso tomar distancia. No alardear conocimiento sino aprender. No aceptar lo que me pareciera incorrecto, sino mencionarlo y cambiarlo así fuese sólo en mi ámbito de acción. No mantenerme en la rigidez de un espacio donde independencia de pensamiento, actuar y convicción significaba rebeldía, que sin duda tengo…, sino salir al mundo real, donde las cosas ocurren lejos de la influencia de clubes cerrados, donde los miembros se regodean en su propia ceguera auto inducida.
El mundo es más grande que una caja.
Shayd Santillán.